Alex Padrón

Poesía cubana de la mejor en este recital poético de Alta Literatura, donde les presentamos al Poeta Álex Padrón
Álex Padrón

Soy yo y mis zapatos


Vivo entre la huella de zapatos viejos
que marchan al son de antiguos quebrantos.
Ni voy muy deprisa, ni nunca detengo
este paso mío, que me cuesta tanto.

¡Ah, cuanto se añoran los años de prisa,
las locas carreras, los desaguisados,
danzar en el aire como si la brisa
fuera ese camino que Dios me haya dado!

Pero el tiempo, implacable, no entiende razones.
Muy poco le importa que no haya acabado
mi feroz retozo por las carreteras,
tan llenas de escollos, que bien he sorteado.

Así, poco a poco, me carga de plomos:
no quiere que brinque, ya odia los saltos.
Por ello ha ordenado diez mil agujeros
en la dura suela y en mis pies descalzos.

No obstante, las ganas de andar los caminos
aún permanecen, así que me marcho:
aunque de seguro no llego primero,
no me cabe duda: llegaré despacio.

Poesía cubana de la mejor en este recital poético de Alta Literatura, donde les presentamos al Poeta Álex Padrón

Por si me encuentras

Si me encuentras un día en la esquina de un sueño
no me hagas mohines, no merezco desprecios.
Al final, si allá vivo, fue que se reunieron
en asamblea de pares tus cariños y miedos
para darme un espacio, que creo merecerlo.

Tal vez no era el buen día, ni era el momento
para que en la realidad nos siguiéramos viendo.
Pero eso no quita que no me crea dueño
de una breve cornisa entre el “puedo” y el “quiero”.
Malabarista terco, yo en ella me quedo.

Porque créalo o no, dulce dama de ensueño
te visito también en las noches que velo
y hago fantasías con lo que ser podría,
con lo que ser yo quiero: un candil,
una manta, un hogar, ese, nuestro fuego
en que yo te consumo y tú vuelas ligero.

Así que si te rondo en tus vacuos desvelos
yo te invito a que tomes mis manos al vuelo
—las que sé que recuerdas como te sedujeron—
y las hagas tocarte, y las llenes de besos,
y las claves feroces en tus nalgas y senos
mientras me cabalgas desde el sol hasta el viento.

Pues no pasa nada: al final, es solo un sueño.
(Aunque nada impide que los dos lo soñemos).

Vaudeville

Me confieso un artista sin talento
con más ganas de hacer que lo logrado.
No le falta razón a quien me acusa
de ser pobre poeta y peor bardo.
Así voy, entre la inopia y la ignominia,
a caballo entre diez aguas, ignorado,
relegado a lo más hondo del proscenio,
enterrado en bambalinas y brocados.
Pero voy, por más sombras que me cubran,
por brutal que se me haga dar un paso.
No me pueden callar eternamente,
ni obligarme a que me trague mi rebato.
A ese punto y final que me impusieron
agregaré pronto dos más, con firme mano:
es mejor camino oscuro en suspensivo
que finales de cartel, listo al barranco.
Así que de cascabeles me corono,
y de nuevo del bufón yo visto el manto:
si no es hoy, será mañana o cualquier día
que una musa, al fin, se apiade de mis actos.

(pueden encontrar más textos suyos en su página de autor: alexpadron.es)