![Poesía cubana de la mejor en este recital poético de Alta Literatura, donde les presentamos a la Poeta Mailin Castro](https://altaliteratura.wordpress.com/wp-content/uploads/2022/11/mailin-castro.jpeg?w=213)
Family game
Mi hija duerme a la luz de mi madre.
Sus bestias quieren alcanzarla
Como en un tiempo lo hicieron conmigo.
Hay una fiera en mí
que despierta y aguarda,
que atraviesa las paredes con el oído
dispuesta a embestir a la menor señal.
La imagen de mi madre se desvaneció
cuando crecí.
En mi hija hay un poco de ella,
otro tanto de mí
Yo, sin embargo, canto y aguardo,
Aguardo y canto
Para mutilar las sombras repugnantes
Que se acercan.
Auto examen
Duermo y despierto sin voz
la verdad ronda mi casa
sin atreverse a entrar
sin atreverse a cambiar de garganta.
Soy un enfermo
que permanece en el campamento
y que quiere ser expulsado.
Sueno mi campana y aviso
soy un leproso
que no contagia
mientras espero
que algún día salga mi voz
mi propia voz
aunque sea para condenarme.
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Imágenes de archivo
Mi amigo y yo, crecimos juntos, apretados
bajo la misma estrella solitaria
él miró más allá de las palmas,
la ruta de Cortés
y tuvo en Moctezuma un delirio.
Se creyó libre.
Yo, sin embargo, espero que no olvide
las grietas del atardecer.
Las veces que encontramos la palabra
oculta entre esas enredaderas
que no florecen ya.
Mi amigo y yo cantamos
el mismo himno alguna vez.
Las consignas,
los versos.
aunque ahora no está
Y son iguales las palmas,
los ciruelos.
menos nuestros, es cierto,
menos imprescindibles.
Le quisiera decir cuanto han cambiado
Las tardes,
las canciones.
Mi amigo y yo, nos juramos lealtad
Pero se ha ido más allá de las palmas
Al Tampa de Martí
Y no me quedan versos,
consignas,
Ni más lealtades.
Escena común
Soy culpable
Mi espacio se llenó de pus
cuando aprendí a vivir
en la izquierda de la izquierda.
Algo sucio y moribundo
donde se soportan los errores
con tranquilidad.
Hago memoria de los rezos de mi abuela.
De ella heredé las respuestas en monosílabos,
la venganza
y el silencio cómplice.
Ahora evado la sombra de lo que fui,
aprendo murmuraciones en alto valiryo.
Puedo incluso hasta gritar,
heredar a mis hijos mis metáforas
preñadas de culpa y miedo
Sin embargo,
les dejo la piedra
la cruz
y el retrato de mi abuela.