Embriagada
Te observo en silencio.
Me hago antropóloga de tí.
No escucho, tu discurso locuaz
Me embriaga, tu mímica .
Es inútil , despegarme de tu pómulo izquierdo.
Allí enaltecido, ese magnífico detalle anatómico, un perfecto grano de café.
Trago en seco, creo degustarlo desde mi mesa.
Tus palabras, (perfectas, lógicas, científicamente probable )se vuelven minúsculas ante tus labios.
Deleitandome con ellos me pregunto,
¿Sabrán tus besos a café?
Mojo mis labios, tu sonríes, yo muero en tu diastema superior.
Apuesto que tú saliva contiene cafeína.
Entonces llega alguien, le sirves un Martini.
Y yo, me quedo con las dudas hechas versos y pido que me sirvan otro café.
Cerveza
Bebéme que me desbordo.
No dejes caer mi espuma, quiero abrazar tus papilas, la divergencia de tu lengua, salado, dulce, ácido, amargo.
Acariciar tu úbula solitaria. Quiero llegar a lo intrincado de tu ser, soltarte las amarras. Bebéme, saborea mi esencia contra el cielo de tu boca, elévame en una nube.
No dejes que se desborde mi espuma.
Existencial
Descalza, que la hierba me de los abrazos que tú no me diste.
Salpicar mis pies , el rocío un beso.
Respiro tu olor en la distancia.
Imaginando situaciones inverosímiles,
en las que no existen los vacíos,
cubiertos de hojarasca
una y otra vez, ocultos en niebla.
Pero ahí, palpita,
tu ausencia surcándome entera.
Entonces, camino en silencio.
Disfruto el paisaje, leo los rostros, dicen más que las palabras
doy mi sonrisa, soy instrumento.
Reparto mis flores, mis lunas, mi sol.
Cada noche le canto a mis demonios.
Los mimo, los duermo.
Existo, abrazo las olas que llegan a mí.
Ciclo
Mírate desde el espejo.
Sobrevuela tus fantasmas.
Tu energía trasciende, eres capaz.
Todo fluye a tu merced.
A tu alrededor la vida se desparrama,
esos hilos invisibles están en tus manos.
Eres una brizna de hierba que se mueve,
no por la fuerza del viento, eres tú quien lo atrae.
Todo, un gran acorde de situaciones, tamizadas por vibras propias.
Todo, una gran ola.
Somos un océano, o millones de estrellas.
Un carrusel indetenible en una feria desierta.
No rem
Dormía, mientras sonreía.
Era feliz, al menos en el sueño, su libertad era nítida, casi podía manejarla como a un títere, ingenua,
Todo se desvaneció, una inyección cruel de adrenalina.
Al alba, su sueño era cadáver.